domingo, 4 de mayo de 2008

El Salmo 23

Quien lo escribió fue David, y era pastor. Esto requiere vocación, por que esto requiere arriesgar la vida por las ovejas si es necesario.

Ya cuando el escribe esto era rey. El hace una gran aseveración: JAH es mi pastor.

Nada me faltara-el día en que determinemos que Dios es nuestro pastor, tenemos que determinar que desde ese día no nos faltara nada. Esto implica que Dios no nos faltara pues El estará ahí. La Biblia dice que Dios no dejara un justo desamparado ni su simiente mendigara pan.
Isaías 40.11-habla que Jesús pastorea sus rebaños, y no solo eso, sino que si había uno enfermo lo cargaba, y pastoreaba suavemente a la recién parida. Todos en nuestras vidas en cierto momento pastoreamos, no solo en la iglesia, sino puede ser en el trabajo, en la escuela, en la Universidad. Los vemos diferentes, pero los vemos con ojos de amor. Es el llamado de todos nosotros. En el cuerpo de Cristo hay muchos miembros, y por ende, todos somos ministros. El pastor principal es un episkopos, es decir, un administrador.
Guiarlos, sanarlos, pastorearlos y cuidarlos.

Jeremías 23.1- Advertencia contra los asalariados. Tenemos la responsabilidad de hacerlas y ayudarlas crecer, no de dispersarlas.
¿Como se dispersa un rebano? Cuando se dejan desprovistas y no se les da buena comida.

Mateo 9.36- Jesús tuvo compasión aun cuando no eran convertidos. Tenemos que ver la gente con compasión, y ese debe ser nuestro carácter.

Jeremías 3.15- David era un hombre conforme al corazón de Dios, tenía amor por las ovejas. Aquí habla como Dios pondría pastores de acuerdo a su corazón. Este es el ejemplo de John Wesley. Si no tenemos el corazón de Dios, Dios no nos llamara como pastores. David es el mejor rey que Israel tuvo en su historia, aun cuando cayo, cuando peco cuando metió las patas. Pero aun cuando cayo, Dios le levanto pues fue humilde y reconoció su pecado. Así Dios lo levanto.

¿Por que no condenamos? En Jueces se ve a Otoniel, Sansón y otros. Mi nombre no esta en Jueces, por ende, no somos llamados a juzgar. Aun si estudiamos leyes, no todos son jueces, solo Cristo juzga, no nosotros. La Palabra juzga, el Espiritu Santo juzga.

Ezequiel 34.31- Las ovejas son de su pasto y somos sus ovejas, pero somos hombres. No son ovejas de los hombres (Pastor tal o cual o fulano), sino de Dios. 1ra Pedro 2.25, Hebreos 13.20, Juan 10.2-5.

En lugares de delicados pastos me hará descansar, y junto a aguas de reposo me pastoreara:
El pastor buscaba la mejor comida. Hoy día tenemos que buscar la mejor palabra para las ovejas. No era en cualquier agua, sino en aguas tranquilas. Las aguas de reposo eran las que no crecían. Jesucristo dice que vinieran a El los que están trabajados y descansados. El agua simboliza el Espiritu Santo. La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada de 2 filos.

Confortara mi alma; me guiara por sendas de justicia por amor de Tu nombre:
Dios sabe donde nos hace falta restauración. Todos tenemos un área de nuestras vidas que tiene que ser restaurada. La gente mas herida, lamentablemente, han sido personas que han sido criados en el evangelio. Hubo una época en que los nenes eran castigados y maltratados por que no se vivía en un estado de “santidad” que es antibíblico. En un momento dado, el Pastor tenía que abandonar la iglesia por atender algunas changuerías. Hay que sacar días para la familia, excepto por emergencias verdaderas. Jesús saco tiempo para hablar con su mama, con sus discípulos y para atender a sus ovejas. La palabra nos conforta.

Aunque ande en valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno por que tú estarás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infundirán aliento:
El cayado era una vara larga con un doblez, para agarrarlas y para servirle de sostén. Si alguna oveja se salía del redil o caía en un hoyo, así la recogía.
La vara era un pedazo de palo para defender las ovejas del lobo. Esto denota la guianza del Espiritu Santo, por que este nos guía a toda verdad y a toda justicia. Esta es la vara de Dios. También nos da discernimiento para identificar lo que es de Dios y lo que no es de Dios.

Aderezas mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite, mi copa esta rebozando:
Dios nos da lo mejor para que aquellos que nos menospreciaron vean lo que Dios ha hecho con nosotros. Dios mismo nos sirve a nosotros, para que el mundo vea que si alguien viene a Cristo, lo hace una persona valiosa, un vaso de honra.
Dios derrama su presencia, su unción sobre nosotros. La copa reboza, es que tiene de más. Las tinieblas se van huyendo, la gente se da cuenta que somos de Cristo, no por camisas ni por ropa, sino por su presencia.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de JAH morare por largos días:
Dios no cierra puertas, El no nos corta, nos echa abono.
En su casa-compara con el Salmo 84.10. Es importante congregarnos. Cuando estamos en comunión- común unión, es más fácil batallar.