jueves, 22 de mayo de 2008

Quebrando mi alabastro IV: EL TESTIMONIO DE LA MUJER QUE DERRAMO PERFUME A LOS PIES DE JESUS-Adoradora Mary Saenz

"Soy María, vivo en Israel. Hace mucho tiempo salí de la casa de mis padres junto con mi esposo. Una nueva vida me esperaba y como tal, tenía muchos sueños e ilusiones, queria formar una familia. Desde niña mi madre me enseño todo lo necesario para ser una buena esposa, así que cuando llegó el momento ¡estaba tan felíz y emocionada! Me encomendé mucho a Dios y le pedí sabiduria para ser la mejor madre y esposa del mundo.Por supuesto, que me hubiese gustado tener una profesión como mi padre y esposo, pero aquí las cosas son muy diferentes, las mujeres no trabajan ni estudian, solo se preparan para ser madres y esposas, dependemos unicamente de nuestro padre o de nuestro esposo. De todas maneras, estaba feliz de haberme casado.Un día todo cambió para mi, Mi esposo me maltrataba, cuando no lo hacia pues me ignoraba y se iba con otras mujeres.. hasta que un buen día me abandonó. Estaba profundamente triste y herida, pues a pesar de todo yo lo amaba. Intenté volver a casa de mis padres pero como yo había sido repudiada por mi marido, me convertí en una verguenza para ellos, así que no me recibieron, tampoco mis otros familiares ni mis amigos o vecinos. Nadie! Me quedé completamente sola, la gente me miraba mal. Sufrí mucho... el rechazo, las miradas feas, la desaprobación, la marginación, la indiferencia y la culpa llenaban mi corazón de un dolor tan profundo, que pensaba que en cualquier momento reventaría mi corazón. Yo me preguntaba "¿en que falle? ¿que hice mal?" .Pero, traté de levantarme y seguir adelante. A diario salia a buscar algun trabajo o espigar en algun campo o lo que fuese, para poder vivir dignamente. Pero nadie me quiso emplear. Al cabo de un tiempo, como tenía muchísima hambre salí a la plaza a pedir limosna .. nadie se apiadó de mi... pensé que era mi fin. Un día, durante la noche, mientras trataba de dormir sobre el piso duro de la calle, llorando mi suerte, una mujer salió y me ofreció comida. Le agradecí tanto. Ella estaba maquillada, bien vestida y perfumada. Me dijo que podría trabajar con ella. "Claro" le dije "en que trabajas??". "soy prostituta" me respondió. Le agradecí por la comida y me fui. Yo siempre me porte como decían las Escrituras, siempre quise ser una mujer virtuosa así que no acepte. Pero siguieron pasando los días, volvió el hambre y la desesperación y despues de pensar y pensar, decidí aceptar el trabajo de prostituta. No me culpen, por favor, no tenía elección. Aunque a decir verdad, fue peor para mi, vivia asqueada, me sentía inmunda, seguía sola e igual de triste. Ahora no tenía ningún propósito en la vida y los hombres que me visitaban de noche, me escupían de día.Cada noche, me miraba al espejo mientras me arreglaba para "trabajar" y buscaba a la mujer de mirada franca que habia en mi, no la encontré, solo veía a una extraña , a una mujer que bajo el hermoso maquillaje era sumamente horrorosa. Incluso en una oportunidad tuve que abortar y despues de eso, el dolor la culpa y el arrepentimiento nunca me dejaron, en mi no había más amor. Pasaron los años y ya me habia acostumbrado a esta vida y aprendí a convivir con el dolor, pero aún así, aunque vivia en la oscuridad, en la nada, buscaba a algo o alguien que me diera paz, sin juzgarme, sin acusarme. Fue así que un día salí a la plaza a buscar clientes y escuché que un maestro famoso venía a la ciudad. Pensé que era uno de esos estirados de la sinagoga que se creen la gran cosa porque porque son hombres y saben las Escrituras o porque se paran con su cara larga y dicen que estan ayunando, pero si son!!! "yo fui alumno de tal" "yo voy a la mega-sinagoga tal" "yo estoy en el coro del tabernáculo" "mi rabino es tal"....Perdón. ya me desvié.Cuando llegó el maestro, me escondí entre la multitud que había ido a verlo. Escuché que había sanado a un fariseo de nombre Simón y que esa noche iba a ir a su casa a comer. Me pareció diferente. Lo vi, lo escuché ¡¡fue maravilloso!! estaba conmovida, algo había pasado en mi corazón. Me levanté y me iba de regreso a mi casa, cuando sentí que debía ir donde Jesus. Pero.. no tenía nada que darle! caminaba hacia la casa de Simón pensando esto y en eso sentía que me decian "el perfume" ¿el perfume? claro! mi frasquito de alabastro con perfume que llevo colgado en el cuello (es un perfume riquísimo), claro que es carísimo, pero no importa, yo quería dárselo a El. Mi corazón latía fuertemente. Cuando llegué tenía un poco de miedo porque había gente con el Maestro y yo no había sido invitada. Rodeé la casa y esperé una oportunidad para entrar o que El saliera. Cerré los ojos y le dije a Dios "Por favor, sólo deja que me acerque al Maestro, no pido nada solo quiero darle este perfume que tengo aqui, por favor Dios" en eso, se abrió la puerta y sin pensarlo me metí hacía adentro, rapidamente lo busque y en cuanto lo vi, mi corazón se quebrantó, me tiré a sus pies y lloré y lloré, yo pensaba "perdóname, ayúdame" y mis lágrimas salían y salían, sentía que con cada lágrima todos mis pecados y pesares se iban llendo y un amor incomparable y una paz me llenaba cada rincón del corazón. Cuando me di cuenta, había bañado los pies de Jesus con mis lágrimas y como no tenía una toalla, los sequé con mis cabellos. Sentía que mi corazón iba a reventar de amor y de emoción, no lo puedo describir, me sentía libre, no me importaba que el no me hablara, yo sentía que mi corazón había sido sanando. Luego, tome mi frasquito de alabastro y lo derrame en sus pies. Encontré finalmente la paz. El me miró y en sus ojos vi amor, paz, gozo, misericordia, sabía que nunca más iba a estar sola. me dijo "tus pecados te son perdonados" Los demás estaban ahí y protestaron, pero no me importaba, solo me importaba Jesus. Luego me miró otra vez y me dijo " tu fe te ha salvado, ve en paz"¡Fui tan feliz! Mi vida a cambiado ahora, ahroa tengo un propósito y una razón para vivir. El me perdonó todo sin reproche, me extendió los brazos. ¡lo amo tanto!El también puede cambiar tu vida como lo hizo conmigo, darte una razón para vivir, darte paz, darte alegría, El nunca te va a dejar, es un amigo super fiel.Tan solo dile "Jesus, se que eres el Hijo de Dios y que viniste al mundo para salvarme. Reconozco mi necesidad de salvación. Te pido perdón por los pecados que he cometido, me arrepiento de todo corazón. Te pido que entres en mi corazón y me salves. Te reconozco como mi unico Señor y como mi Salvador, reconocozco tu muerte en la cruz como mi propia muerte y ahora no vivo yo sino que Tu vives en mi. Ven a morar en mi corazón. Dame una nueva oportunidad. Gracias Dios. Amén."
No se si efectivamente fue así la vida de esta mujer. Pero lo que si sé es que aunque ella vino deshecha, malherida, llena de una vida de pecado y profundamente triste, Jesús la perdonó, la amó y le dió una nueva vida, una nueva oportunidad. La luz resplandeció en medio de las sombras de una vida que se consideraba perdida. Quizá tu no seas prostituta(o) pero tienes problemas, te sientes solo, desalentado, vacío, no le encuentras el propósito a tu vida, Dejame decirte que como a esta mujer, Jesús puede darte una nueva vida, puede darte propósito, Solo tienes que abrirle tu corazón. Es tu decisión, nadie la puede tomar por ti.
Con k-riñoMary