Juan 8: 10-11:
Enderezándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.
Juan 3:17:
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
Enderezándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.
Juan 3:17:
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
Muchas personas viven una vida atada a la culpa por que no pueden dejar atrás la acusación de sus pecados y faltas cometidas en el pasado (Miqueas 7:19). Si nosotros no aprendemos que somos libres de la acusación de nuestros pecados pasados, vamos a regresar otra vez a la misma vida llena de culpa, y eso es lo que nuestro enemigo desea. Cuando una persona no es libre de culpa, se puede tornar de vuelta atrás, por que no se cree que Dios ya te perdono, ya borro todos tus pecados.
A. Todos la gente peca:
¿Acaso hay alguien que no haya pecado jamás? La diferencia que hay es que hay algunos que aun no han sido descubiertos cometiendo pecado mientras otros ya lo fueron. PERO TODOS HEMOS SIDO VISTOS POR DIOS. Y nosotros tenemos que estar conscientes que Dios nos vio cuando pecamos y que por lo tanto el enemigo nos acusa y nos dice que solo merecemos ser condenados. Todos los pecados son descubiertos. Hubo una mujer que fue sorprendida en el acto mismo de adulterio. Algunos fueron descubiertos cuando lo cometían, o como se dice, “con las manos en la masa”. Como la mujer del relato en Juan 8:
Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos. Y al amanecer, vino otra vez al templo, y todo el pueblo venía a El; y sentándose, les enseñaba. Os escribas y los fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres; ¿tú, pues, qué dices? Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra. E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.
1. Jesús no la acusa, por que El no vino a condenar, sino a salvar.
2. Notemos que Jesús en vez de acusarla la defiende. La Biblia dice que El es nuestro defensor de nuestro acusador.
3. También vemos que los acusadores se van. Axial también el acusador de nuestras vidas ha sido echado fuera, ¡en el nombre de Jesús!
B. Tenemos quien nos acusa:
Somos acusados y con pruebas:
1. El diablo- El es el acusador (Apocalipsis 12:10).
2. La gente- Es posible que haya quienes aun nos acusen por nuestro pasado.
3. La consciencia- Nosotros también fuimos acusados por la consciencia.
A la mujer la acusaron los ancianos y todos los que la encontraron pecando. Pero por seguro sabemos que Satanás seguirá tratando de acusarnos como hasta ahora lo había hecho.
C. Tenemos quien nos defiende:
Jesús es nuestro defensor. Axial como defendió a la mujer, así nos ha defendido a nosotros:
1ª Juan 2:1:
Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
1. Jesús defiende a la mujer.
2. Jesús le señala que ya no tiene quien la acuse.
Imagínate cuando ella pensaba que de seguro moriría y de pronto se da cuenta de que sus acusadores se han ido. ¡Que momento más hermoso! Así es este momento para ti.
3. Jesús le otorga la paz del perdón.
Defendió a la mujer de los que la acusaban. En la cruz Jesús llevo tus pecados y los ha perdonado. Ahora tú ya no tienes quien te acuse. Cristo le dijo a la mujer: ¿Dónde están los que te acusan? ¡¡¡YA SE FUERON LOS QUE TE ACUSAN!!! Jesús te dice: Ni yo te condeno, vete y no peques mas.
YA SATANAS FUE ARROJADO FUERA DE TU VIDA:
Apocalipsis 12:10:
Y oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado.
Nosotros sabemos y hemos reconocido que pecamos y ofendimos a Dios. Pero El ya nos ha perdonado. No podemos dejar que el enemigo, la gente y la vida nos sigan acusando. Hoy declaramos que el acusador ha sido echado fuera de nuestras vidas y que somos libres de toda culpa por la sangre de Jesús.