sábado, 31 de mayo de 2008

LA ADORACIÓN, LOS PROFETAS Y LA PROFECÍA NEO-TESTAMENTARIA: Apostol Rony Chaves

Podemos afirmar que Dios nos ha permitido vivir en una época especial; en la dispensación de La Gracia. Es la era del Nuevo Testamento, donde Dios por Su Espíritu ha marcado las pautas de gobierno en las cuales debe moverse Su pueblo. El profeta es un ministerio que no cesó con el cumplimiento cabal del Antiguo Testamento en Jesucristo. Es un ministerio también Neotestamentario. Recordemos que el ministerio profético fue antes de la Ley de Moisés; fue en la Ley y también en los días de Jesús; existió en los primeros años de la Iglesia y sigue siendo constituido hasta que los “santos” sean madurados y perfeccionados según la imagen de Cristo. Amén.
Veamos que dice La Santa Escritura acerca del profeta en el Nuevo Testamento:
1.- El espíritu profético operaba también en esos días usando diferentes
instrumentos para proclamar el mensaje divino.
a. En Lucas 1: 5-80 Zacarías profetizó el ministerio de Juan el Bautista, profeta de Dios.
b. En Lucas 1:13-17 fue el ángel Gabriel quien trajo el anuncio profético sobre Juan.
c. Al profetizar Elizabeth sobre la vida de María, su hijo fue lleno del Espíritu Santo en su vientre. (versos 39 al 45).
d. En el libro de Lucas 1: 26-38 Gabriel trae el anuncio profético del nacimiento de Jesús.
e. En Lucas 2: 8-14, un ángel del Señor trae la buena nueva a los pastores acerca del nacimiento del Salvador del mundo.
f. Desde el verso 21 hasta el 38, Simeón y Ana la viuda, profetizan sobre el niño Jesús.
g. Es notorio en estos y muchos pasajes más el movimiento del espíritu de la profecía dando testimonio de Jesús como el Mesías de Israel.

2.- Los profetas pusieron el fundamento de la Iglesia.
a. Juan señaló a Jesús como el Cordero de Dios. Su profecía y ministerio confirmó quien era la piedra principal del edificio de Dios y que sería el fundamento inconmovible de la Iglesia, Cristo.
b. Jesús fue el profeta por excelencia. Él ministró bajo la unción profética. En Él operaron los dones del Espíritu Santo; Él predijo. Él anunció; Él fue el Mensaje Viviente del Padre y el precursor de los profetas de la Gracia. Aleluya.

3.- La Iglesia “Primitiva”, fue constituida con ministerios apostólicos y proféticos
como ministerios principales para traer dirección y cobertura espiritual a la
Iglesia.
a. Efesios 4:11 afirma que Jesús constituyó a unos apóstoles, profetas, etc.. En realidad el término griego usado para la palabra “constituyó” es empleado en el tiempo “aoristo” dando una idea clara de una operación que no cesa hasta el final. Siendo lo más correcto entender el texto así: “a unos constituyó, constituye y seguirá constituyendo apóstoles, profetas...hasta que todos lleguemos ala unidad de la fe...”.
Esto nos da la idea correcta de que el propósito de Dios fue fundamentar a Su pueblo en el pasado al amparo de ministerios proféticos, pero que ese plan no ha cesado en el día presente. Aleluya.
b. Dios prometió a través del profeta Joel que en los tiempos Neotestamentarios Su Espíritu vendría sobre toda carne y tendríamos visiones, sueños y profecías. Estas experiencias serían claramente discernidas por los profetas de Dios. Amén. (Joel 2: 27-29). La Iglesia primitiva fluyó en estas experiencias en abundancia y hubo profetas para juzgarlas (Hechos 13; I Corintios 14).
c. Los grandes misterios espirituales no revelados a Israel, fueron revelados a la Iglesia a través de ministerios apostólicos y proféticos, los cuales con gran autoridad ministraban La Palabra iluminada del Señor a Su pueblo
“Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu” Efesios 3: 5.
d. Es necesario que ese ministerio profético, aún vigente se levante y cobre fuerza en la Iglesia para que la Palabra revelada del Señor sea traida con voz de autoridad. Amén.


4.- La profecía y los profetas existieron en las Iglesias Neotestamentarias.
a. Las primeras congregaciones cristianas surgieron poderosamente bajo la dirección y ministración de diversos ministerios que les dieron un fundamento excelente.
La Iglesia de Antioquia fue una de ellas ; pionera en las misiones y en el evangelismo de multitudes. Bernabé trajo a ella el fundamento apostólico, según Hechos 11: 19-30, colaborando en él Pablo por espacio de un año. En los versos 27 al 30 notamos que los profetas ministraban a la congregación en forma efectiva (entre ellos Agabo).
En el capítulo 13 de los Hechos encontramos ministerios diversos ministrando y ayunando al Señor para ser dirigidos por Él. Esos ministros eran maestros y profetas, a través delos cuales operó el Espíritu Santo para conducirles a unos de ellos al campo misionero y constituirlos en apóstoles.
Hoy la Iglesia del Señor necesita de esa orientación profética para el envío de sus misioneros. Aleluya.
b. La Iglesia de Cesarea.
Esta congregación fue establecida bajo el manto profético; ubicada en un puerto importante, se levantó poderosa a la luz de la predicación profética de profetas y profetizas que allí ministraron.
Surgió por la operación del espíritu profético que llevó a Pedro a la casa de Cornelio, para ministrar el mensaje del Evangelio (Hechos 10).
En esa ciudad puso su hogar Felipe el evangelista, quien tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. El profeta Agabo y Pablo edificaron como voceros de Dios a la Iglesia según Hechos 21: 8-16 y la llenaron con señales y prodigios propios del ministerio profético lleno del poder del Espíritu Santo.
c. La Iglesia de Efeso.
En Hechos 19 tenemos la historia relatándonos de cómo Pablo tuvo contacto por primera vez con un grupo de doce fieles en Efeso. Allí les impuso las manos y fueron llenos del Espíritu Santo y profetizaron. Esta Iglesia creció fuerte al igual que las otras al amparo de ministerios apostólicos y proféticos como los de Juan, Pablo, etc..
d. Hubo profetas en los días primeros del Nuevo testamento.
Varias porciones bíblicas ya citadas nos demuestran claramente que los profetas no acabaron con Juan el Bautista. La expresión “Los profetas y la Ley fueron hasta Juan” usada por Jesús, bien entendida, la declaración decía que los profetas de la Ley cesaban con Juan, pero que en Él se iniciaba una nueva era con una nueva unción. Hechos 11:27 enseña que en Jerusalén habían ministerios proféticos: “En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquia”.
Hechos 11:28 menciona el nombre de uno de estos profetas: Agabo.
Hechos 13 dice que en la Iglesia de Antioquia habían profetas y maestros, dando a entender al usar las palabras en plural de que por lo menos dos de los cinco varones mencionados eran profetas. En Hechos 15:32 la Escritura menciona dos profetas más Judas y Silas acompañantes de Pablo y Bernabé, los cuales declara el texto citado también eran conocidos como profetas del Señor.
“Y Judas y Silas , como ellos también eran profetas....”
Otro profeta mencionado en la Biblia es Juan el apóstol, el cual nos entregó la revelación más tremenda de los últimos tiempos para la humanidad: El Apocalipsis. En los primeros versos del capítulo 1 Juan testifica de su poderoso ministerio profético y de su mensaje recibido.
La historia misma del cristianismo registra en los diferentes siglos que “grandes hombres” de fe y visión se han levantado para hablar las Palabras del Señor a los hombres. Los profetas han seguido siendo llamados y equipados por Dios para edificar a Su pueblo.
Quiera Dios que la generación presente abra su corazón ante este nuevo y fresco mover profético del Espíritu y no lo perdamos, más bien que el Señor nos permita dar libertad a su Santo Espíritu para ser instrumentos positivos en el levantamiento del ministerio de los profetas en Su Iglesia. Así sea.